La calefacción supone un importante incremento en nuestras facturas. Optimizar su consumo y reducir el gasto económico es posible siguiendo una serie de hábitos.

Por ejemplo, no es muy lógico poner la calefacción a 25 grados centígrados mientras vas vestido por casa con una camiseta de manga corta. Los expertos aconsejan mantener una temperatura de entre 16 y 18 grados durante la noche, y entre 20 y 21 grados durante el día. Si a una temperatura de 20 o 21 grados sigues teniendo frío, prueba a abrigarte un poco más utilizando zapatillas altas, calcetines de lana o camisetas aislantes. Colocar alfombras mullidas en las habitaciones también ayudará a mantener una temperatura agradable.

Tampoco es aconsejable encender la caldera cada vez que hace frío, y apagarla cada vez que la casa ya se ha calentado. Lo más eficiente sería programar con un termostato que la calefacción se hacienda sola cuando la temperatura descienda por debajo de los 20 grados durante el día y los 16 durante la noche. En caso de estar unas horas fuera de casa, lo mejor es apagarla.

Si quieres ventilar la casa por la mañana, abre las ventanas durante 10 minutos. Con ese tiempo será suficiente para renovar el aire, y más tiempo tan sólo serviría para disminuir las temperaturas del interior.

Los días soleados, es aconsejable subir las persianas durante el día ya que la luz calentará los cristales y, por lo tanto, la casa. En caso de que el día esté nublado, lo mejor es bajarlas para aislar los cristales. También las cortinas actúan como aislantes en las ventanas que dan al exterior.

Si pones en práctica todos estos sencillos hábitos, lograrás optimizar el consumo de calefacción y ahorrar entre un 10 y un 40% en la factura.

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