En verano gastamos menos gas natural, butano o propano porque sólo lo utilizamos para el agua caliente o la cocina. Pero en el invierno que es cuando más se consume estamos mirando de reojo la factura de gas.
Y es que la calefacción representa casi la mitad (un 46%) del consumo energético de los hogares españoles, según un informe del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE). Con los precios de la energía subiendo, en muchos casos, más deprisa que la inflación, lo que nos dejamos en electricidad y gas se nos come cada mes un pedazo cada vez más grande de nuestro presupuesto.
En las viviendas con calefacción a gas, disfrutar del máximo confort y ahorrar energía es posible. Lograrlo depende de múltiples factores, entre ellos el nivel de eficiencia de la instalación. Así, las instalaciones más ineficientes más energía desperdician y, en consecuencia, mayor tiende a ser la factura energética a pagar.
Pero, además, aplicando unos sencillos consejos podemos ahorrar gas en invierno y disfrutar de la mejor temperatura de confort que puede ofrecernos nuestra calefacción.
Haz que tu energía sea rentable:
El consumo de calefacción es el resultado de la lucha entre el calor suministrado por la caldera y el frío del exterior. Esta batalla tiene lugar en el interior de nuestra vivienda. Podemos influir en ella si acondicionamos la casa para aislarla lo máximo posible del exterior, y al mismo tiempo impedimos que el calor se escape.
El calor generado por la caldera se escapa principalmente por las paredes, los cristales de las ventanas, las rendijas de ventilación y las rendijas de las puertas. Poco podemos hacer en el primer caso. Las paredes deben aislarse durante la construcción de la vivienda. En el caso de los cristales sí se pueden sustituir por otros aislantes o de doble cristal que aíslen del frío, pero es una inversión económica importante. Aunque a largo plazo merece la pena por el dinero que ahorrarás en calefacción. Se estima que el 25% del calor se pierde a través de los cristales.
Durante el día si hace sol conviene subir las persianas, porque la luz calienta los cristales, y con ello la casa. Si está nublado mejor bajarlas por completo para ayudar a los cristales. Pon también cortinas en todas las ventanas que dan al exterior, actúan como aislante.
Las rendijas de ventilación no se pueden tapar, pero si son muy amplias quizá se puedan sustituir por otras más modernas que no expongan tanto la abertura, preservando más el calor sin perder su función de ventilación.
Por último, tenemos las rendijas que hay en la parte inferior de las puertas, especialmente aquellas que dan a la calle, el jardín o la galería. Por la diferencia de temperatura suelen generar un corriente de aire que ayuda a escapar el calor (se pierde alrededor del 5%). Es una buena idea colocar alfombras o esterillas que aíslen un poco, o mejor aún: burletes aislantes. Se llama así a los bajos de las puertas que tapan las rendijas.
Fíjate en el precio del gas en tu factura:
Si crees que tu factura de gas es demasiado alta en comparación con la de otras personas, quizá debas fijarte en el precio que pagas por el gas. Y comprobar si es más caro o más barato. Si tienes gas butano o propano no podrás cambiar demasiado este aspecto, porque el precio está regulado por el Gobierno.
Sin embargo, en el gas natural sí podrás encontrar múltiples ofertas dentro del mercado. Y también diferentes precios, dependiendo de la compañía que contrates. Pero sabemos que el mercado de gas es muy grande y por eso te recomendamos utilizar un comparador de tarifas de energía.
Este tipo de aplicaciones piden información de tu punto de suministro como consumo, utilización de gas o datos de la vivienda para que pueda hacer una estimación del gasto energético.
Ajusta la potencia:
Buena parte de lo que pagas en tu factura es la potencia contratada: cada 1,15 Kw de potencia suponen casi 50 euros al año. Y apuesta por la discriminación horaria: Una tarifa con Discriminación Horaria es la mejor manera de ahorrar para casi todos los hogares. Te interesa si eres capaz de concentrar al menos el 30% de la luz que consumes en horario valle (desde las 22 horas hasta las 12; desde las 23 a las 13 en verano). Los hogares que no tienen esta tarifa consumen de media un 50% en horario valle, por lo que sin esfuerzos adicionales podrían ahorrar 80 € al año en su factura de la luz
Cambia algunos hábitos:
También podemos ahorrar dinero en la calefacción si cambiamos algunos hábitos y seguimos una serie de sencillas normas durante la temporada de frío. La temperatura ambiente de la casa en invierno es clave para reducir o aumentar la factura. Los expertos aconsejan mantener una temperatura de 16-18 grados durante la noche, y entre 20-21 grados durante el día. Ten en cuenta que por cada grado adicional el gasto en calefacción aumenta un 7%.
En lugar de encender la caldera cuando hace frío y apagarla cuando ya ha calentado la casa, es más eficiente programarla automáticamente con un termostato para que se encienda sola cuando la temperatura descienda por debajo de lo mencionados 20 grados durante el día. Al calentar poco a poco gasta menos. Pero si vas a estar unas horas fuera de casa, es mejor dejarla apagada.
Usa con inteligencia los electrodomésticos y apaga los electrodomésticos en stand-by.